sábado, 12 de mayo de 2012

Población reclusa




El Educador Social es un técnico de la intervención socioeducativa preparado para desarrollar su actividad laboral con un colectivo que presenta unas necesidades específicas, formado en las técnicas de animación, gestión y planificación de programas, y con una sólida formación para la adaptación a nuevos ámbitos y formas de intervención.

La presencia de esta figura profesional en los centros penitenciarios aún no está consolidada por igual en todas las Comunidades Autónomas, pero no cabe duda de la gran labor que realizan con la población reclusa.

En líneas generales, algunas de las funciones que realizan los educadores en los centros penitenciarios son:

- Favorecer medios de reinserción social.
- Intervenir en la educación para la vida cotidiana.
- Derivar y/o preparar al interno para la vida en libertad o para otro recurso más normalizado, siempre que sea posible.
- Establecer y realizar un seguimiento institucional y postinstitucional.
- Trabajar en coordinación con el resto de profesionales.
- Atender y ayudar a los internos durante la reclusión facilitando la adaptación a la institución.
- Practicar la observación directa de los mismos.
- Programar, ejecutar y evaluar diferentes programas socioedutivos.

Todas las funciones que se realizan en este ámbito son resocializadoras y el Educador Social, por su formación y vocación, está plenamente capacitado para lograr la mayor adaptación de esta población a la vida en sociedad fuera del entorno peniteciario.

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