El Educador Social es un técnico de
la intervención socioeducativa preparado para desarrollar su actividad laboral
con un colectivo que presenta unas necesidades específicas, formado en las
técnicas de animación, gestión y planificación de programas, y con una sólida
formación para la adaptación a nuevos ámbitos y formas de intervención.
La presencia de esta figura
profesional en los centros penitenciarios aún no está consolidada por igual en
todas las Comunidades Autónomas, pero no cabe duda de la gran labor que
realizan con la población reclusa.
En líneas generales, algunas de las
funciones que realizan los educadores en los centros penitenciarios son:
- Favorecer medios de reinserción
social.
- Intervenir en la educación para la
vida cotidiana.
- Derivar y/o preparar al interno
para la vida en libertad o para otro recurso más normalizado, siempre que sea
posible.
- Establecer y realizar un
seguimiento institucional y postinstitucional.
- Trabajar en coordinación con el
resto de profesionales.
- Atender y ayudar a los internos
durante la reclusión facilitando la adaptación a la institución.
- Practicar la observación directa
de los mismos.
- Programar, ejecutar y evaluar
diferentes programas socioedutivos.
Todas las funciones que se realizan
en este ámbito son resocializadoras y el Educador Social, por su formación y
vocación, está plenamente capacitado para lograr la mayor adaptación de esta
población a la vida en sociedad fuera del entorno peniteciario.
No hay comentarios:
Publicar un comentario