jueves, 7 de junio de 2012

ABAN


Como comenté hace unos días, los educadores sociales tenemos un gran abanico de actuación en la prevención de diferentes situaciones que pueden dificultar la integración de nuestros educandos. Hoy quiero hablaros de ABAN, la Asociación Contra la Bulimia y la Anorexia Nerviosas porque siguiendo su objetivo de lucha contra los trastornos de la conducta alimentaria, intervienen en los tres niveles de prevención vistos en la entrada anterior.Vamos a desgranar cada uno de estos niveles para profundizar en las acciones que se realizan en cada uno de ellos.

A) Prevención primaria (destinada a evitar la aparición de los trastornos). Algunas de las acciones a desarrollar en este nivel son:

1. Combatir la "cultura de la delgadez", enraizada en el culto a la imagen y el culto al cuerpo.
2. Fomentar la autoaceptación y la autoestima de los adolescentes y preadolescentes; y su comportamiento como personas autónomas y responsables.
3. Ayudarles a superar el miedo a ser mayores y a su desarrollo sexual.
4. Alentar la afectiva y firme cercanía previa de sus padres.
5. Combatir las dietas sin prescripción médica ni control facultativo.
6. Combatir la imprudencia en el lenguaje referente a la obesidad.
7. Requerir la colaboración de las agencias de publicidad e imagen, de los medios, de las empresas, de las tiendas de moda, coreógrafos, modelos, etc.

B) Prevención secundaria (dirigida a la intervención precoz). Podemos destacar los siguientes ejes de actuación:

 1. Promover el conocimiento de las conductas preanoréxicas y anoréxicas, las conductas prebulímicas y bulímicas así como los trastornos de la conducta alimentaria no específicos por parte de pediatras, médicos de familia, ginecólogos, nutricionistas, endocrinólogos y no sólo psiquiatras.
2. Divulgar entre los médicos de otras especialidades los conocimientos de estas enfermedades para que las detecten y encaminen al psiquiatra.
3. Extender estos conocimientos a profesores, padres y demás familiares y amigos de los afectados, lo cual abarca a toda la población en general. (Y por supuesto, a los educadores sociales).
4. Organizar, para el diagnóstico precoz y el tratamiento, unidades médicas especializadas dirigidas por un equipo multidisciplinar.

C) Prevención terciaria (se identifica con la asistencia y rehabilitación). En este eje, las autoridades sanitarias deben cumplir su deber de:

1. Dar a conocer más exhaustivamente los recursos existentes.
2. Mantener actualizados los estudios epidemiológicos.
3. Actualizar y difundir los protocolos de estos trastornos.
4. Establecer las pautas para el control familiar de los enfermos.
5. Crear grupos psicoeducativos de padres de afectados para la terapia doméstica.
6. Habilitar unidades separadas de hospitalizacion.
7. Asegurar y organizar eficazmente la continuidad del tratamiento tras el alta hospitalaria.
8. Potenciar los hospitales de día especializados en el tratamientos de los trastornos de la conducta alimentaria.


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